RECUERDOS DE ROLY ´50 Y ´60
Algo de medicina
Que difícil me resulta comenzar, ya que son muchos los
recuerdos y algunos les parecerán inverosímiles; pero por algún recuerdo debo
empezar:
No había para esa época inyectadoras desechables y nuestras
mamás ponían en un estuche de metal una o dos inyectadoras de vidrio y algunas
agujas y hervían bien aquello.La medicina no estaba tan avanzada y no existía
como ahora una profusión de antibióticos y casi todo se trataba con penicilina.
Yo que me la pasaba en el campo y nunca fui un niño muy tranquilo y en muchas
oportunidades tuvieron que cogerme puntos y aplicarme la consabida
antitetánica, la cual no era como ahora un sencillo toxoide, por el contrario
era una inyección bien grande que me clavaban en una pierna y me iban
suministrando pequeñas dosis cada ½ hora con la inyectadora clavada. Me acuerdo
de la hermosa farmacia de Don Vilera, en San Casimiro, con los estantes de
madera repletos de bellos frascos, de loza;
allí mis padres compraban para mí ´´Antiflojistina´´, este era un
remedio que se calentaba en baño de maría y se untaba como una cataplasma sobre
el pecho y espalda, ´´Formitrol´´ y ´´Pentro´´ pastillas para la garganta y un
producto que se rociaba con un aparatito en la garganta y se llamaba
´´Topitricina´´, muchos de ustedes, como yo, deben tener la marca en el brazo o
espalda de aquellas vacunaciones masivas, nada de gotitas, que nos aplicaban en
el Ministerio Sanidad, en las torres del Centro Simón Bolívar.
En Güiripa, en donde me la pasaba. Se estaban acabando las
niguas, la bilharzia y vivimos la fumigación que casa por casa se realizó con
DDT, para acabar con la malaria.
Desde que tenía apenas meses he estado recorriendo, por
tierra, no solo el país sino Colombia y Brasil. Muchos que tengan mi edad o
sean mayores se acordarán del miedo que nos causaba pasar por una alcabala y en
los años 50 había una a la entrada de cada pueblo; para esa época había una
batalla contra la aftosa y en cada alcabala importante especialmente las
fronterizas y la de los pueblos cercanos a la frontera había una batea por la
que hacían pasar a todos los vehículos, la cual se encontraba llena de agua con
agua y un veneno contra la aftosa, pero previamente hacían bajar a todos los
ocupantes del vehículo y nos hacían caminar sobre un trapo impregnado con el
mismo líquido.
Ustedes se acordarán de muchas cosas, yo también, esto es
sólo un recordatorio
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