El sociólogo alemán Heinz Dieterich de 71 años, jefe ideológico de la izquierda latinoamericana, asesor del difunto Hugo Chávez y creador de la frase “socialismo del siglo XXI”
Entrevista realizada por Spiegel Online:
Señor Dieterich, se tiene la impresión de que en Venezuela pasa lo mismo que en Ucrania…
En casi todos los aspectos el escenario es comparable con la situación de Ucrania.
¿En dónde se esconden exactamente los problemas?
La catastrófica situación económica, la incapacidad del gobierno, reformas forzadas e intereses externos. Además del intento de algunos países por buscar sacar ventaja en la solución a la crisis.
¿Qué ha pasado para que la gente se sienta lista para arriesgar su vida en las calles?
Es una mezcla de factores: primero, la inconmensurable retórica de muerte del presidente Nicolás Maduro, que separa a los venezolanos en “fascistas” y “leales”. A esto se le suma el encarcelamiento del líder opositor Leopoldo López y los graves problemas que atraviesa el país, lo que permitió que los sectores radicales hayan movilizado a los frustrados.
¿Qué tan profunda es la duda de la gente respecto al problema?
Objetivamente la amenaza de muerte, el problema de base es la violenta criminalidad que hace de Caracas, la capital, una de las ciudades con la tasa de homicidios más alta del mundo. El que falte el papel higiénico y la harina, mortifica, pero no es una amenaza a la vida; el que además, por causa de la devaluación del Bolívar, viajar al exterior resulte tan complicado, molesta mucho a la gente. Si todo eso se junta, te lleva a una profunda frustración. Y además las muy poco inteligentes reacciones del gobierno, que en vez de comprensión impone represión, hacen que hierva a su máximo punto, que es lo que ahora vemos.
¿Por qué se produce de pronto esta efervescencia?
Yo ya dije en diciembre, que Maduro tenía que dar resultados inmediatos para que el descontento en el país no aumentara. Pero esto no ocurrió. La indolencia del gobierno es grande. Maduro ha perdido prácticamente el año que ha gobernado desde la muerte de Chávez. Por si fuera poco a esto se le unen intereses externos. Los EEUU con el presidente Barak Obama al mando intensifican una política exterior expansiva. Eso juega un papel importante en el desarrollo del conflicto.
¿Cuáles son las medidas más urgentes que debe tomar el gobierno?
Es indispensable que Maduro y sus ministros controlen la inflación de 55%. El desabastecimiento debe enmendarse y la violencia debe ser encarada. Además es necesaria una reforma económica: el cambio del dólar y del bolívar debe ajustarse a niveles reales. La moneda debe fluctuar libremente, sin que por ello se vean amenazados los ingresos de los estratos pobres.
¿Es esto suficiente para reparar el desgarramiento de la sociedad?
Esa grieta siempre ha estado ahí. Ni 15 años de chavismo lo han reparado. Pero ahora también están en la calle aquellos que votaron por Maduro.
¿Quiénes son los que están en las calles de Venezuela?
Yo veo tres grupos: el fuerte núcleo de derechas, que están entrenados por paramilitares y están armados. Después, los estudiantes: muchos de ellos creen que viven en una dictadura que no tiene una verdadera resistencia. Y finalmente muchos que fueron seguidores de Chávez, pero que no están de acuerdo con Maduro y que se oponen al empeoramiento de las condiciones de vida. Si Maduro sigue como hasta ahora, crecerán el segundo y tercer grupo, y el gobierno tendrá que renunciar al poder, como ocurrió en Ucrania.
¿Es probable que el presidente sea derrocado?
Se va a seguir discutiendo en las líneas del chavismo sobre una solución efectiva a la crisis sin que ésta se vea como un derrocamiento. Mientras tanto, está claro para todos que Maduro no tiene ni concepto ni instrumentos para modernizar al país. Él pensaba y piensa que basta con emular a su antecesor Hugo Chávez en la retórica y la coreografía y mantener el modelo económico.
¿Entonces los días del presidente Maduro están contados?
No durará ni ocho semanas en el gobierno y probablemente será suplantado por una junta de gobierno. Para los militares y gobernadores chavistas está claro que su política significa indudablemente el fin de la era bolivariana. La política debe dar un giro de 180° o todo estará perdido.
Pero la oposición tampoco tiene realmente un plan constructivo…
No. Los portavoces no buscan un compromiso que sea mejor para todos. Quieren barrer al gobierno. Eso es antitético y criminal, y las personas en la calle pagarán con su sangre – pero eso no lo permitirá la fuerza armada-.
¿Es esa la salida para Venezuela?
Habrá probablemente una mediación bajo la dirección de un organismo regional como la Organización de Estados Americanos o la Unión de Naciones Suramericanas y del Caribe. Pero también es posible una gran coalición si aparecen entretanto voces moderadas dentro de la oposición.
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